Andalucía
UGT y CC.OO. no justifican más de la mitad de las subvenciones de la Junta
Cobraron 241 millones en 2010, de los que no habían aportado facturas en plazo por 130 millones; las ayudas se mantienen pese a los incumplimientos
Día 30/04/2012 - 23.30h
Si el dinero es poder, los sindicatos mayoritarios atesoran buena parte en Andalucía.
Poder para financiarse con dinero público: el Gobierno de José Antonio
Griñán repartió 241,3 millones de euros (40.148 millones de pesetas) a
UGT y Comisiones Obreras durante 2010, como pone de manifiesto la contabilidad del
último presupuesto liquidado, tal y como avanzó ABC. Y poder también
para eludir los plazos estipulados con los que justificar las ingentes
subvenciones e incentivos que ingresaron procedentes de los presupuestos
de la Administración andaluza.
A
finales de 2010, al cierre de la liquidación de las cuentas, las
centrales que dirigen Manuel Pastrana (UGT-A) y Francisco Carbonero
(CC.OO.-A) tenían pendiente de entregarle a la Junta facturas de gastos por
importe de 130,1 millones de euros o, lo que es lo mismo, 21.646
millones de pesetas. Es decir, el 54 por ciento de las ayudas
desembolsadas por distintas consejerías y organismos públicos
(desglosadas en el cuadro) figuran en el desglose del balance
presupuestario como abonos pendientes de justificar, según ha podido
saber ABC. De esta cuantía, la organización ugetista
no había presentado recibos de gastos en plazo por importe de 70,11
millones de euros de los 134,65 que había cobrado. El dinero público
pendiente de justificar por Comisiones Obreras ascendía, al cierre de
2010, a 60 millones. El montante cobrado rondó los 106,65. Algunos gastos sin documentar se remontan a 2006 y 2007.
La Ley General de Subvenciones obliga a todo beneficiario de dinero público a demostrar con copias de los recibos el
empleo de los fondos dentro de un plazo determinado. Sin embargo, el
incumplimiento de estos requisitos no ha impedido que las organizaciones
sindicales hayan seguido recibiendo inyecciones de fondos desde las
arcas de la Junta. De hecho, el pasado 12 de enero la Consejería de
Empleo acordó adelantar el cien por cien del importe de ocho
subvenciones que ascendían a 90 millones de euros para costear cursos
formativos a la Confederación de Empresarios de Andalucía
y los sindicatos UGT y CC.OO. Éstos últimos recibieron por anticipado y
sin necesidad de justificación previa 26,9 millones de euros para
oxigenar sus maltrechas arcas, mientras que 36,2 millones fueron a parar
a la patronal.
La mayor parte de los fondos sin documentar —66,15 millones en el caso de UGT y 56,2 por parte de la central de CC.OO.— correspondían a subvenciones concedidas por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) dentro del Programa de Formación Profesional.
Uno
de cada dos euros que el Ejecutivo inyectó a los sindicatos más afines a
su ideario político fue para impartir cursos dirigidos a desempleados y trabajadores ocupados,
y para ampliar su red de oficinas e infraestructuras especializadas en
la formación. Esta vía de negocio, que concentra gran parte del amplio
aparato administrativo de los sindicatos, ha crecido al mismo ritmo que
la lista de demandantes de empleo en la comunidad: 1.329.600 (33,17 por
ciento) en el primer trimestre,
según la EPA. El segundo mayor montante (5,6 millones) corresponde a
las ayudas que concede la Consejería de Empleo para financiar la
«actividad sindical» y promover la negociación colectiva. Algunas son
subvenciones «excepcionales», es decir, están al margen de las convocatorias públicas.
Prórrogas
La
demora en la justificación de las ayudas contrasta con el retraso en
los pagos de facturas a proveedores en medio de las fuertes tensiones
que sufre la tesorería de la Junta.
La deuda con empresas de servicios ascendía a 2.763,3 millones de euros
al acabar 2011. Ante la falta de documentación aportada, la Junta ha
concedido a los sindicatos prórrogas para que aporten los datos y, en
algunos casos, les han enviado requerimientos.
Tanto
Pastrana como Carbonero no han dudado en cerrar filas públicamente en
torno a un Gobierno de coalición del PSOE e IU en detrimento de la fuerza más votada en
las elecciones autonómicas del pasado 25 de marzo, que fue el PP. Su
candidato, Javier Arenas, prometió durante la campaña reducir la
financiación de sindicatos, patronales y partidos. De hecho, una de las
teorías que manejan en la calle San Fernando (sede
del PP andaluz) para explicar que las encuestas —que le daban mayoría
absoluta— no se hayan cumplido es la movilización de los sindicatos de
clase, que actuaron de ariete callejero de un PSOE en horas bajas por el
efecto amplificador de la investigación de los ERE y de los conflictos internos.
Los sindicatos han pedido a PSOE e IU que los acuerdos de concertación, receta heredada de la etapa de Manuel Chaves, escapen de la esquila de los recortes.
Aunque los efectos beatíficos de las ayudas no están tan claros, les
han instado a mantener la marea de fondos públicos que ha ido derramando
la Junta para amortiguar las sacudidas de la crisis bajo el mantra de
garantizar la paz social.
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