Un Gobierno tocado antes de nacer

Elecciones en Andalucía: Un Gobierno tocado antes de nacer

El futuro Ejecutivo de PSOE e IU tendrá que lidiar con una herencia envenenada por el caso ERE, la tasa de paro, los recortes y la división interna

ANTONIO R. VEGA / J. MORILLO / SEVILLA
26/04/2012 - 6:28 h.

Griñán y Valderas se saludan en el primer Pleno de la legislatura, el día 19 - EFE / EDUARDO ABAD

No va a tener ningún minuto de tregua. El futuro Gobierno compartido de PSOE e Izquierda Unida, que tomará posesión en la segunda semana de mayo, está lejos de poder respirar aliviado. Aunque el tira y afloja para el reparto de consejerías se solvente sin dificultades despejando así antes del 4 de mayo —plazo límite— la investidura del actual presidente andaluz en funciones, el socialista José Antonio Griñán, el horizonte político que se avecina viene cargado de negros nubarrones. Superada la primera batalla electoral, frenando el avance que parecía imparable del PP, el pacto entre los perdedores de las elecciones autonómicas se enfrenta a una dura carrera de contratiempos que amenazan su estabilidad antes incluso de echar a rodar.

Recorrido del caso ERE

Más allá de la imagen nada edificante en los telediarios del primer exconsejero andaluz, Antonio Fernández, abandonando los juzgados para ser escoltado por agentes hasta la cárcel, el auto de prisión lleva adosada una potente carga explosiva. Las razones que aporta la juez Mercedes Alaya para censurar la gestión del exresponsable de Empleo dejan un reguero de acusaciones veladas y sospechas que conducen a despachos superiores a los del desventurado exconsejero. La magistrada critica el total desprecio a los mecanismos de control, el diseño y mantenimiento durante diez años de un sistema ilegal para «regalar» subvenciones fraudulentas a círculos empresariales próximos al PSOE y a cargos de la Junta. La tesis apuntada por Alaya, que extiende a otras consejerías, arroja sombras inquietantes sobre la responsabilidad de Griñán y de Manuel Chaves. No hay cortafuegos que apague la propagación del incendio que se desataría en el Gobierno de coalición en el caso de que la juez suba estos escalones en su teoría de la pirámide (la imputación del presidente Francisco Camps por la trama Gürtel ya quebró al Ejecutivo de Valencia). En este contexto, la apertura de una comisión de investigación para escudriñar la gestión de Empleo puede tener el efecto de una bomba de relojería para ambos socios. Es impensable que IU ejerza de «juez» y pida dimisiones en un Gobierno del que es parte.

2. Roces PSOE-IU

Al conflicto latente en las propias filas —el clan afín a Chaves sigue beligerante contra la dirección de Griñán—, se suma el hecho de tener al rival político sentado en el Consejo de Gobierno. IU a su vez entrará en el Ejecutivo sin zanjar sus propios problemas internos, con el alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, ejerciendo de «Pepito Grillo» jornalero y martillo pilón contra un PSOE al que el propio portavoz, Diego Valderas, hace sólo tres meses, también acusó de «comulgar con los aspectos más genuinos de la economía liberal». La convivencia inevitablemente acarreará roces que no tiene un gobierno monocolor, fruto de la gestión de un presupuesto menguante, la falta de sintonía ideológica y personal entre Griñán y Valderas, y el difícil acoplamiento y coordinación entre consejeros de diferente signo político.

3. Recortes versus déficit

Antes o después los ajustes presupuestarios llegarán a todos los rincones de la Junta. Ya se están produciendo, en contra del discurso oficial, en obras públicas, sanidad, justicia o educación. Sólo es el comienzo. De entrada, el Gobierno en funciones ha tenido que enmendar sus optimistas cuentas para cumplir con el objetivo de déficit impuesto por Rajoy (1,5 por ciento), quien le someterá a una estrecha vigilancia bajo la amenaza de intervención. La falta de ingresos le ha obligado a pegar un tajo de 2.700 millones de euros a un presupuesto que Valderas tachó de «irreal» y con el que tendrá que lidiar, por incómodo que le resulte, si es vicepresidente.

4. Agravamiento de la crisis

PSOE e IU van a conjurarse en Andalucía contra la hegemonía territorial del PP aplicando antídotos social-comunistas contra una crisis que muestra aquí sus efectos más devastadores. Su receta estrella es un plan público de empleo en la región con más parados (1.057.144). Suma más que toda Grecia. Si la sangría no se frena, el desgaste para la Junta, que gestiona las políticas activas de empleo, será inevitable.

5. Fuerte oposición

El Ejecutivo se va a encontrar con una oposición implacable, rocosa y dolida, por verse privada del Gobierno por un pacto pese a ganar las elecciones por primera vez en la historia. Con 50 diputados y la potente palanca de los ayuntamientos de las capitales y cinco diputaciones, no va a ponérselo fácil.

Valderas aspira al 30% del Ejecutivo

PSOE e IUCA retoman hoy las conversaciones para formar Gobierno en Andalucía que estará presidido por José Antonio Griñán y donde Diego Valderas ocupará una vicepresidencia, con toda probabilidad unida a la Consejería de Gobernación. Por ello, ambas formaciones dejaron claras ayer las posturas con las que acometen este último tramo de las negociaciones, tras haber aprobado las bases de IU formar parte de ese Gobierno. Valderas aseguró que aspira a un peso del 30% en un Ejecutivo de «corresponsabilidad compartida», donde no haya «compartimentos estancos».
Esto se traduciría en que si hay diez consejerías, IU aspiraría a tres, esto es, Turismo y Comercio, y Agricultura y Medio Ambiente, además de la mencionada de Gobernación. Desde el PSOE-A, su secretaria de Organización, Susana Díaz, advirtió a Valderas que el Gobierno no se repartirá «al peso», aunque coincidió con Valderas en que aquel responda a una «única organización». Esto se traduciría en que PSOE e IU serían corresponsables de todas las actuaciones en una acción compartida y no sólo de sus respectivas parcelas de poder.