La comisión de los ERE se aprueba sin despejar la comparecencia de Griñán
El PP acusa al Gobierno de estar «en la médula» del fraude, mientras el PSOE habla de «cacería» contra el presidente
Día 15/06/2012 - 08.00h
A la undécima fue la vencida. El Pleno del Parlamento aprobó ayer por unanimidad la comisión que investigará el episodio de corrupción más grave de la historia democrática de Andalucía.
Han tenido que pasar 17 años y la primera derrota electoral del PSOE
para que una iniciativa de este tipo se abra paso en la Cámara
autonómica. En la anterior legislatura se estrelló diez veces contra el
frontón de la mayoría absoluta de los socialistas, que la han aceptado a regañadientes debido a su pacto con IU.
La comisión indagatoria, que se creará formalmente el miércoles, echa a
rodar dejando una estela de incógnitas en el camino, como si el
expresidente andaluz, Manuel Chaves, y del actual, José Antonio Griñán, comparecerán para dar explicaciones. El primero porque bajo su mandato se creó el sistema que dio origen en 2001 al fraude en las prejubilaciones,
ayudas directas a empresas y comisiones abusivas, que repartió de modo
discrecional mil millones de fondos públicos a lo largo de una década.
Entonces Griñán «era diputado en el Congreso», como recordó Mario Jiménez (PSOE), situando implícitamente el foco sobre Chaves. Sin embargo, según recordó el diputado del PP Rafael Carmona, el presidente era consejero de Economía
cuando la Intervención, bajo su mando, alertó de irregularidades en la
concesión de ayudas y llevaban su firma hasta ocho «modificaciones
ilegales» para aumentar el «fondo de reptiles».
La suerte de ambos mandatarios está en manos de IU, que mantiene hasta el último momento el suspense en torno a las comparecencias solicitadas por el PP y rechazadas por su socio. «Ya se verá», espetó el portavoz del grupo, José Antonio Castro,
a la oposición. Insistió en que no habrá «ni límites ni cortapisas ni
imposiciones de un lado o del otro». Será en la comisión, que estará
conformada por tres miembros de cada grupo y
cuyas sesiones serán abiertas, la que establezca la hoja de ruta,
plazos y comparecencias. El presidente se elegirá por voto ponderado e
IU tiene todas las papeletas para el puesto.
El
debate fue bronco y vino precedido de una sesión de control al Gobierno
en la que Griñán no pudo esquivar las inevitables preguntas sobre los
ERE, esta vez en boca del nuevo portavoz del PP, Carlos Rojas, que se estrenó pidiéndole que diera un «paso adelante» para dar explicaciones y asumir «las consecuencias políticas
que tenga el caso con su responsabilidad». «Estaba al mando de la nave,
sigue al mando, por lo que tiene que dar la cara ante todos los
andaluces porque no le queda más remedio», espetó sin éxito a Griñán,
que no se movió ni un milímetro de su discurso contra los recortes del
PP e incluso se perdió casi todo el debate monográfico que dio luz verde a la investigación. Sólo hizo acto de presencia para votar.
La
réplica la tenía reservada su portavoz, Mario Jiménez, que se enfrascó
en un rifirrafe con el diputado Rafael Carmona (PP), quien situó a
Griñán en el núcleo de las irregularidades y criticó el parón de la
auditoría de la Cámara de Cuentas.
«Es imposible que un agujero de tal magnitud no fuera conocido por los
miembros del Gobierno», dijo, añadiendo que «ustedes están en la médula
del caso, ustedes son el caso». Jiménez rebatió que la única intención
del PP es abrir una «cacería»
para «llevarse por delante al presidente de la Junta a cualquier
precio». Y dejó entrever que el PSOE pedirá la comparecencia del futuro
líder del PP-A, Juan Ignacio Zoido,
por su gestión en los ERE de la Faja Pirítica de Huelva cuando era
delegado del Gobierno en Andalucía. Aunque sigue negando la de Griñán.
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