Cabezera

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martes, 20 de marzo de 2012

TRAMA DE LOS ERE | Con dinero de las ayudas

El ex chófer de Guerrero deberá explicar hoy a la juez Alaya la compra de cocaína

  • Dijo haberse gastado dinero de las ayudas en cocína para él y su jefe
  • Creó dos empresas de la nada sólo para recibir subvenciones de la Junta
  • Fue Guerrero, según declaró, quien le instó a crear las empresas
  • Dijo a la Guardia Civil que dio a Guerrero dinero en metálico y regalos
Juan Francisco Trujillo, que fue chófer del ex director general de Trabajo y Seguridad Social de la Junta Francisco Javier Guerrero, declarará como imputado este martes ante la juez de Instrucción número 6 de Sevilla, Mercedes Alaya, quien investiga las irregularidades cometidas en numerosos expedientes de regulación de empleo pagados por la Junta.
El ex chófer de Guerrero compareció el día 15 de diciembre de 2011 ante los agentes del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría de Andújar (Jaén) imputado por dos presuntos delitos de fraude de subvenciones, delitos que estaban siendo investigados por los juzgados de Andújar, pero sus declaraciones llevaron a la juez Alaya a pedir la inhibición de estos juzgados al tener relación los hechos desvelados con los investigados en su Juzgado.
Según el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso Europa Press, el chófer reconoció que en 2004 recibió de la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social dos subvenciones de 450.000 euros cada una, una para Iniciativas Turísticas Sierra Morena S.L., al objeto de crear una empresa de muebles y una oficina de asesoramiento empresarial, y otra para Lógica Estratégica Empresarial S.L., con el fin de crear un negocio de casas rurales en la sierra de Andújar.
Al hilo de ello, puso de manifiesto que "parte" del dinero de las dos subvenciones se destinó a estos objetivos, mientras que el resto del dinero, no recordando la cantidad exacta, "se lo dio en mano a su jefe", Francisco Javier Guerrero. Así, "y a solicitud" del propio Guerrero, "le compró varios efectos, como material de telefonía, artículos de música, antigüedades y ropa", mientras que "la mayor parte" del dinero la dedicó a comprar cocaína "para su jefe y para él", y otros gastos "como ir de fiestas y copas".
Cuestionado por el trámite para la solicitud y concesión de las dos subvenciones, señaló que, una tarde, y estando en un local de copas, "a los que era muy aficionado" Guerrero "y a los que acabó aficionándose" él mismo, aquél "le comentó la potestad que tenía como director general de conceder subvenciones indiscriminadamente y sin necesidad de justificar nada". Así, Guerrero "le dice que o bien le dé unos nombres para concederles unas subvenciones o bien que creara unas empresas para así podérselas conceder a él, por lo cual creó" las dos empresas mencionadas.

Paripé de expediente

En su declaración, explicó que la documentación necesaria para solicitar las subvenciones la preparó él mismo, "conforme a las directrices que le marcó" el ex director general de Trabajo, "consistente en un par de folios en cada uno de los expedientes, que teóricamente contenían un plan de viabilidad de un negocio, y se lo entregó en mano" a Guerrero. Precisó que transcurrieron "entre unos meses y un año" hasta que le ingresaron el dinero de ambas subvenciones.
Asimismo, Juan Francisco Trujillo señaló a la Policía que en el año 2006-2007 estaba trabajando en la Dirección General de Trabajo en Sevilla como conductor oficial de Guerrero, una época en la que tenía una empresa particular -Lógica Estratégica Empresarial S.L.- que "no iba económicamente" y a la que "acuciaban las deudas".
Un día, Guerrero "se interesa por su estado de ánimo y le pregunta qué es lo que le pasa". Trujillo "le comenta su problema" y el ex alto cargo "le dice que iba a intentar solucionarle el problema". A la semana de esta conversación, Guerrero "le llamó a su despacho para que le diese el número de cuenta de una persona mayor y el carnet de identidad, facilitando los de su madre".
Según su declaración, al mes Guerrero volvió a llamarlo a su despacho "y firmó en su presencia una póliza" con Fortia Vida, para lo cual el chófer "suplantó" la firma de su propia madre, a la que "lo único que le dijo es si podía utilizar su número de cuenta para hacer unos ingresos", por lo que "desconoce todo sobre la póliza". Así, su madre "le acompañaba al banco para hacer el reintegro y, posteriormente, le daba el dinero a él".

'Es dinero de mi hijo'

Por su parte, la madre del ex chófer señaló a los agentes que "aproximadamente no trabaja desde que se casó en 1964" y puso de manifiesto que "no ha cobrado ningún dinero", sino que su hijo "le pidió si podía ingresar algún dinero en su cartilla y que se lo autorizó", pero "no le dijo de dónde provenía ese dinero y que ésta conversación la tuvo por teléfono".
Cuestionada sobre cómo sacaban el dinero del banco, señaló que "no se acuerda, que a veces le acompañaba su hijo y otras veces le pedía a ella que le sacara la cantidad que deseaba de la entidad bancaria", movimientos todos los cuales "se hacían por ventanilla". Además, dijo que "no sabe nada de ninguna póliza" y que cobra por su jubilación unos 510 euros.
No obstante, Guerrero, en prisión desde hace ya más de una semana, negó en su declaración judicial todas estas acusaciones, pues dijo no ser ni alcohólico ni cocainómano, y achacó las mismas a una "vendetta personal", ya que fue el propio Guerrero quien propuso al consejero de Empleo que despidiera a su ex chófer "por incumplimientos laborales".

'Me gusta el Marlboro y el gin-tonic'

Francisco Javier Guerrero dijo que nunca ha comprado cocaína y que "sólo le gusta el Marlboro y el gin-tonic de Beefeater", añadiendo que "se suele tomar un gin-tonic al día de postre y algún día otro por la tarde". Asimismo, indicó que fue Juan Francisco Trujillo quien le pidió ayudas para una serie de empresas, pero dijo desconocer que, en ese momento, supiera que estas empresas pertenecían al propio Trujillo.
En el auto de prisión, la juez imputa a Guerrero haber concedido a su chófer 1.350.000 euros en ayudas, a lo que "habría que sumarle el importe de las rentas de capital diferido de la póliza de fecha 18 de abril de 2007, ascendente a 122.649,21 euros, que Guerrero permitió que se hiciera a nombre de la madre de su chófer, falsificando éste la firma de esta señora en presencia de aquél y en su despacho oficial".
Además, le imputa haber recibido de su ex chófer, "como recompensa a los actos realizados", una cantidad en metálico de entre 40.000 y 60.000 euros y "múltiples" regalos consistentes en antigüedades, un piano, artículos de telefonía o ropa.

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