A tres meses de las cruciales elecciones autonómicas, el dirigente del PP-A analiza la gestión de la Junta y resalta la necesidad de que el cambio del 20-N llegue también a Andalucía
—Acaban de tomar posesión los ministros de Rajoy. ¿Siente envidia?
—Lo que siento es un gran orgullo y mucha esperanza. Me siento confortado, más seguro, porque hemos ganado solidez, competencia y capacidad. En estos días sólo hay un español que está decepcionado con el nuevo Gobierno, y es José Antonio Griñán. Parece que esperaba todo lo contrario que está haciendo Rajoy.
—¿Está pactado con Rajoy que no haya malas noticias hasta después de marzo?
—Es evidente que no, sería una irresponsabilidad por parte del Gobierno vincular decisiones necesarias con una agenda electoral. Desde Andalucía nunca pediríamos a Rajoy que dejara de coger el toro por los cuernos porque haya unas elecciones andaluzas. Lo importante es levantar España. Pero el país se puede apretar el cinturón sin castigar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad: el gobierno socialista pasará a la historia como el de los recortes, el de Rajoy como el de las reformas.
—Los resultados de las generales les otorgaban una mayoría absoluta ajustada en Andalucía. ¿Temen que el 20-N haya sido la cresta de la ola del auge del PP y a ustedes les pille ya la resaca?
—El PP no ha tocado techo en Andalucía, es evidente. Queda margen de crecimiento. Esto es un proceso que viene de años atrás y que se basa en la consolidación del PP como un partido de centro moderado y que se ha convertido en un partido fronterizo con el PSOE. El trasvase de votos, que hace unos años era impensable, hoy no es sólo posible, sino lógico, porque hay muchos votantes que se sienten decepcionados con el PSOE. Es penoso que Griñán haya derivado todo su futuro político a los errores de Rajoy; su error es que se ha olvidado de los éxitos de Rajoy. Nosotros confiamos en ellos plenamente.
—Perdone, pero ustedes también basan gran parte de su discurso en los errores del PSOE...
—He de negarlo, porque ni en estos cuatro años ni en la próxima campaña la estrategia del PP ha sido esperar la caída del PSOE. Otra cosa es que los andaluces sean conscientes hoy de que no tienen ni Gobierno ni líder. Griñán hace tiempo que ha renunciado a gobernar, y ahora dedica todo su tiempo al partido. Ha abandonado a su suerte a Andalucía, pero nosotros no hemos promovido ni alentado esos problemas internos. El PP no vive de los errores del PSOE, vive de los resultados de sus buenos gobiernos municipales y provinciales. Y llevamos cuatro años presentando alternativas, son centenares, pero han sido rechazadas todas ellas en el Parlamento.
—Hablemos de sus propuestas. Dígame qué cambiaría en Andalucía con un Gobierno del PP.
—Primero, la necesidad de liderazgo. Andalucía necesita un liderazgo para ser líder en España, y ahora no lo tiene. Segundo, un gobierno con ambición, sin complejos, con ilusión, con ganas… Quien lleva treinta años en el mismo sitio es imposible que tengan nuevas ideas. Y en tercer lugar, un gobierno desde la humildad y la dedicación plena, no instalada en la moqueta, porque Andalucía no está para prepotencias y soberbias.
—Si ganan se van a encontrar una administración hiperdesarrollada.
—Vamos a hacer una apuesta por la profesionalización, devolviendo a los funcionarios las competencias que el PSOE les ha robado por intereses políticos, vía encomienda de gestión o externalización de servicios. Potestades públicas que la ley obliga que deben desarrollar los funcionarios la están desarrollando personal enchufado del PSOE. Vamos a recuperar el protagonismo de los funcionarios y contar con la ambición de este magnífico cuerpo profesional, recuperando etapas del inicio de la autonomía; no olvide que los funcionarios levantaron la autonomía andaluza.
—¿Y qué harán con las nuevas agencias que ha creado la Junta?
—Nos hemos comprometido a derogar el decretazo. Los tribunales están dejando claro que la política de función pública de la Junta está en la ilegalidad permanente. No se puede tener al Estado de Derecho tambaleándose todos los días, la falta de respeto a la ley del PSOE es una vergüenza.
—¿Pero suprimirán las agencias?
—El PP dialogará con todos para hacer la reordenación del sector público, donde lo único que sobra es grasa política. El sector público debe ser más eficaz y menos político.
—¿Contemplan la privatización de RTVA?
—La RTVA hace un papel fundamental en la autonomía, y está blindada en el Estatuto. El PP no va a privatizar Canal Sur. Otra cosa es plantear otro modelo que no tenga un coste económico desorbitado.
—¿Es inevitable introducir alguna forma de copago en la sanidad?
—Vamos a trabajar por ser más imaginativos, creemos que hay margen de reformas importantes dentro de los servicios públicos como para evitar graves costes a los ciudadanos. Nuestra apuesta es por la eficacia, estoy convencido de que se puede hacer mucho mejor hasta con menos dinero. No está contemplado en absoluto en nuestras previsiones. El que está recortando es el PSOE.
—Se plantearía la devolución de alguna competencia?
—No, no vamos a renunciar al Estatuto. El problema es que tenemos mucho Estatuto para tan poco Gobierno, y lo que hace falta es un Gobierno a la altura del Estatuto. No se trata de dar pasos atrás, sino gobernar mejor.
—Rajoy quiere ahorrar 14.000 millones de euros. ¿Dónde sitúan el listón económico en Andalucía?
—Primero hay que saber lo que nos vamos a encontrar, ya que éste es el Gobierno de las fullerías contables. Nos vamos a encontrar muchas facturas no contabilizadas en el cajón, y hablo de miles de millones.
—¿Tienen constancia de ello?
—Certeza, porque nos llegan muchas denuncias de empresas a las que les piden desde hace años que certifiquen a años posteriores. Y lo ha denunciado la Cámara de Cuentas. Este año, además, la situación se agrava con la suspensión de la contabilización de obligaciones y pagos. Estamos hablando de los prejubilados, de muchas pymes, muchos autónomos, pequeños acreedores de la Junta cuya empresa va a morir como consecuencia de esta decisión. Esto es una medida gravísima de destrucción de empleo para hacer una fullería contable y poder demostrar falsamente que existe una gestión que cumple. La realidad es que hoy en la Junta de Andalucía sólo hay dinero para nóminas, luz y agua. Griñán ha tirado la toalla en la gestión económica, y quiere trasladar al próximo gobierno la herencia de su nefasta gestión.
—Pero el déficit en Andalucía es más saneado que en muchas autonomías gobernadas por el PP.
—El Gobierno andaluz es el más fullero de España, y debe estar entre los que más ha incrementado su déficit. El problema es que no se conoce su situación financiera real, hemos pedido un grupo de trabajo en el Parlamento y se ha negado. Queremos saber cuántas facturas hay en el cajón, cuantas facturas de obra pública no se pagan, o se terminan trasladando de año. ¿Cuántas facturas no contabilizadas hay en el SAS? Hay quien dice que pueden superar los dos mil millones de euros, sólo en el SAS. Esa es la herencia que se va a encontrar el PP.
—¿Cree que Chaves y Griñán conocían la existencia del fondo de reptiles?
—Es imposible que el fondo de reptiles se gestionara en Andalucía sin que el Consejo de Gobierno lo conociera. El Gobierno, con Chaves y Griñán, no sólo lo conoció, sino que a sabiendas de que había un informe de intervención que alertaba del procedimiento irregular incrementó el fondo. No sé qué letra era Griñán y qué letra era Chaves, pero desde luego la X, la Y o la Z son ambos. La Junta lleva mintiendo muchos meses diciendo que la responsabilidad era de cuatro golfos y un director general, pero la responsabilidad nadie la puede bajar al menos de los consejeros, porque firmaban los convenios que se terminaban pagando con fondos de reptiles. Mire usted, aquí lo grave es la cultura del post it. Es terrible que a la hora de dar ayudas lo que servía era el carnet del PSOE o los entornos familiares, y que la tramitación de ayudas millonarias se resolviera solamente con escribirlo en un post-it. Esta cultura del post-it es nefasta para Andalucía, porque es la cultura del descontrol de las cuentas públicas
—¿Dónde acabará la investigación?
—En los ERE hay que dar un salto, y pasar del escándalo de los intrusos, que es bastante grave, a lo terrible de la posible malversación de fondos. ¿Cómo puede ser que el fiscal pida una determinada cantidad a un intruso y la Junta pida cuatro veces más? Significa que hay una diferencia entre lo que recibió el intruso y lo que se pagó que nadie sabe dónde ha ido. La clave está en el papel y el beneficio de los intermediarios. ¿Por qué siempre se uaban los mismos y las mismas aseguradoras? De los ERE se conoce sólo el 20%; lo grave del 80% es saber dónde está el dinero. Hablamos no sólo de prevaricación, sino de malversación de fondos públicos.
—Ante esta presunta desaparición del dinero, ¿intuye que estamos ante un caso Filesa, de financiación de partido, o un caso Roldán, con enriquecimiento personal?
—No sé dónde está el final, lo que sí sé es dónde está el principio: en Mercasevilla, con unos dirigentes socialistas pidiendo dinero a cambio de unas concesiones para pagar campañas electorales del PSOE. Eso no lo digo yo, está en las grabaciones. Pero mire, en España no se pueden creer que haya un escándalo que lleva siendo noticia nacional un año y que aún no se haya constituido una comisión de investigación, a pesar de que el PP la ha pedido diez veces. El PSOE no ha permitido ni que el interventor general comparezca ante el Parlamento. ¿Qué miedo tiene la Junta? Esto no es una democracia normal.
—¿Ve en lontananza un horizonte penal para algún cargo político?
—Respeto la labor judicial. Pero sí le digo que, en una democracia normal, Griñán, Chaves y una buena parte de consejeros tenían que haberse marchado ya por su gravísima responsabilidad política.
—¿Usted conoce a la juez Alaya?
—No la conozco, jamás he hablado con ella ni recuerdo haber coincidido con ella en ningun sitio. Yo le pediría al PSOE que deje de obsesionarse con la juez, porque en materia de empleo los escándalos lo rodean por varios juzgados, y no sólo el de Alaya. Las ayudas a discapacitados, a la formación, Bahía Competitiva… el problema es que la mancha de corrupción de treinta años con los mismos cerca hoy a una clase dirigente que ha abusado del poder. Y es gravísimo que Andalucía no tenga un presidente que respete el Estado de Derecho. Lo que ha dicho Griñán, en cualquier otro sitio se puede llamar desacato. Estamos ante un presidente andaluz que roza el delito por miedo y nerviosismo ante su posible implicación. Y le diré otra cosa más: debe estar muy acostumbrado el PSOE a manipular a los jueces. Si habla así de un juez será por conocimiento de causa.