Andalucía / Política
La «transparencia» en el caso de los ERE de la que presume Griñán
Día 05/02/2013 - 01.38h
Falta de papeles, negativa a enviar las actas, recusaciones, una comisión de investigación light o descalificaciones a Alaya. Así «colabora» la Junta con la instrucción de los ERE
Aunque el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, presuma de colaborar, la actitud de la Junta en el sumario de los ERE ha pasado por poner obstáculos, intentar apartar a la juez o no darle los papeles que pedía además de los ataques verbales. Estos son algunos ejemplos de la «colaboración» de la Junta de Andalucía con la juez instructora del caso.
Negó las actas
Fue el primer encontronazo entre Mercedes Alaya y la Junta, personada como acusación particular. El Ejecutivo se negó categóricamente a entregar las actas de los Consejos de Gobierno escudándose en el secreto de las deliberaciones. El conflicto tuvo que resolverlo el Tribunal Supremo,
previa intervención del tribunal de conflictos, dando la razón a la
juez y permitiéndole ver los papeles. Esos impedimentos provocaron que
los papeles se vieran con un retraso de seis meses.
Recusación de Alaya
Una de las imputadas, la exdirectora económica de Mercasevilla, recusó a Alaya por el trabajo del marido de ésta como auditor. Sin embargo, la Audiencia de Sevilla lo rechazó de plano pese que la Fiscalía apoyó en primer momento la recusación, igual que las defensas. Otro obstáculo y otro parón.
Escamotear documentación
La juez lo denunció en varios autos: la Junta no le daba los papeles que pedía.
Hasta tuvo que darle varios ultimátum. Y la Guardia Civil se quejó de
que no tenía todos los papeles de la Junta e incluso decía que en la web oficial podían encontrar más información que la remitida por la Junta.
Un lío de papeles
Cuando por fin la Junta entregó los papeles, ni siquiera habían sido ordenados.
Después de que Alaya pidiera en cuatro ocasiones datos de las ayudas
otorgadas por Empleo, éstos eran un caos. La juez hablaba de «un cúmulo de folios desordenados, inconexos y repetidos» y lleno de «notas manuscritas y borradores».
La comisión, un paripé
Hasta diez veces tuvo que pedir la oposición la
comisión de investigación parlamentaria. Sólo cuando el PSOE empezó a
gobernar en coalición con IU, accedió. Sin embargo la comisión fue una
especie de paripé que ni siquiera vio sus conclusiones aprobadas en la Cámara autonómica.
Falta de respeto a Alaya
El diputado del PSOE, Alfonso Guerra, arremetió contra Alaya acusándola de tener «una relación fuerte personal» con Zoido. Inmediatamente el CGPJ actuó de oficio, tildando al socialista de machista y de invadir la esfera personal. Y el consejero de Justicia, Emilio Llera, la calificaba de trabajadora además de muy «guapa». Tuvo que rectificar.
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