Andalucía / análisis
Los agujeros negros de las cuentas andaluzas
El presidente de la Junta ha hecho de la negación de la realidad su bandera de política económica
Día 09/09/2012 - 13.41h
Cuando en 2009 José Antonio Griñán relevó a Manuel Chaves al frente de la Junta, muchos interpretaron que la promoción de quien había ejercido desde 2004 como consejero de Economía era la opción adecuada para gestionar la crisis. Sin embargo, sus planteamientos se basan exclusivamente en achacar las causas de la crisis a factores externos y en culpar de los problemas de la comunidad a «la política económica de la derecha alemana» Un análisis de lo ocurrido en los últimos meses revela
cinco lacras en la gestión de las cuentas públicas con un denominador
común: la incapacidad para aceptar la realidad. Y un objetivo: mantener intacta una estructura de poder basada en pagar 260.000 nóminas.
En primer lugar hay un error de diagnóstico: Cada vez que Griñán quiere defender la salud financiera de la comunidad hace el mismo razonamiento: «La deuda por habitante es la mitad de la media». Sin embargo, elbipartito obvia que Andalucía debe casi 15.000 millones. En términos absolutos, es la tercera mayor de España, tras la de Cataluña (41.000 millones) y Valencia (21.000). Adeuda prácticamente el 10% de su Producto Interior Bruto.
Aunque esta cifra está tres puntos por debajo de la media nacional
—Cataluña (20,7%) y Valencia (19%) elevan el listón—, la región está en
una recesión más profunda. El último análisis de BBVA calcula para España una caída del PIB del 1,3%, que en el caso de Andalucía será el 1,8%.
El obscurantismo es otra rémora. ¿Cuál es la situación real? Hay motivos más que fundados para afirmar que existe déficit oculto. Tal como publicó ABC el pasado 19 de enero, la Junta eliminó de su programa informático de contabilidad (Júpiter) una serie de obligaciones de 2011 y escondió un déficit
que corresponde al pasado ejercicio para insertarlo en 2012. Las
consecuencias de este tipo de maniobras se traduce, además, en un descomunal nivel de impagos a múltiples colectivos empresariales y sociales.
Planes irrealizables
¿Qué soluciones se han diseñado para ajustar el gasto? El Plan Económico y Financiero que ha trazado la Junta para alcanzar el objetivo de déficit recoge medidas que dudosamente se podrán materializar o que no dependen directamente del Ejecutivo andaluz.
Hay dos ejemplos: la venta de edificios públicos, con la que pretende
lograr 350 millones depende de una operación inmobiliaria en un momento
de incertidumbre total en el sector, por otro lado, agilizar el adelanto de fondos europeos tampoco está en sus manos.
Mientras tanto, empieza a aflorar la agenda oculta de recortes. La Consejería de Salud ha dejado este mes de costear a los pensionistas 661 fármacos con cargo a los fondos propios de la comunidad. Junto a ello, el curso empieza con 4.502 profesores menos en la enseñanza secundaria y sin ordenadores portátiles gratis para el alumnado. A esto se le suma la supresión de Canal Sur 2. .
Rescate encubierto
La suma de los cuatro factores anteriores
—error de diagnóstico, oscurantismo, medidas irreales y recortes
ocultos— conducen a la quinta y definitiva lacra:la petición de un
rescate urgente... pero encubierto. La Junta ha exigido al Gobierno central un anticipo de 1.000 millones a cuenta de su participación en los ingresos del Estado,
bajo la excusa de que otras comunidades también lo han hecho. En
efecto, la Generalitat de Cataluña ha solicitado 160 millones como
«crédito puente» hasta que se ponga en marcha el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
Andalucía ha pedido casi siete veces más sin aclarar cuánto requerirán,
posteriormente, del denominado rescate autonómico. En lo que va de año,
el Gobierno andaluz sólo ha podido solventar los pagos de
su deuda con las ayudas del Instituto de Crédito Oficial, que le ha
inyectado 565 millones para vencimientos y 2.700 millones en el Plan de Pago a Proveedores.
Ahora, se enfrenta a obligaciones cercanas a 1.500 millones hasta final
de año. Pero admitir su dependencia total de las cuentas estatales es
una realidad demasiado incómoda para el PSOE-A e IU-CA.
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