Cabezera

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miércoles, 4 de julio de 2012

Una dirección general con tres imputados penales

Una dirección general con tres imputados penales

Los tres últimos directores de Trabajo de la Junta están acusados de varios delitos y uno de ellos, de momento, ya está en prisión

Día 04/07/2012 - 08.21h

Desde hace más de trece años, la Dirección General de Trabajo de la Junta de Andalucía ha servido para todo tipo de gestiones menos para el fomento del empleo y las relaciones laborales, así como la gestión de las ayudas sociolaborales que eran precisamente las funciones que tenía encomendadas.
Los tres últimos directores generales que han pasado por este despacho están ahora imputados de diversos delitos penales por los que se enfrentan no sólo al fin de sus carreras políticas, sino también a penas de cárcel por una gestión fraudulenta de unas ayudas que tenían que ir a parar al bolsillo de quienes perdían su empleo pero que se utilizaron para otros fines, como el enriquecimiento personal de altos cargos, el abono de indemnizaciones a intrusos o incluso la compra de cocaína.
Hasta tal punto se ha convertido en una Dirección General maldita que el nuevo Gobierno andaluz ha decidido eliminarla de su organigrama. Y para encontrar un ocupante ha tenido que aumentar su rango y ha pasado a ser la Secretaría General de Empleo, que ahora ocupa Antonio González Martín.
Hasta tal punto genera rechazo la Dirección General de Trabajo, que ni en la propia Junta de Andalucía ni entre las empresas en apuros o con regulaciones de empleo hay quien diga públicamente que estuvo en los despachos de la Dirección General, ni siquiera en sus pasillos.
Por el momento, el director general que puso en marcha toda la maquinaria fraudulenta, Francisco Javier Guerrero, que ocupó el cargo entre 1999 y 2008, está en la cárcel en prisión provisional a la espera de que la juez concluya la instrucción del caso y tome una decisión al respecto. Aunque su situación es complicada no sólo por las cuestiones procesales, sino porque se ha convertido en el chivo expiatorio y en el único culpable de este entramado a ojos de la Junta de Andalucía, que pretende cortar aquí el nivel de responsabilidades políticas.
Pero lo cierto es que su sucesor, Juan Márquez, nombrado por Manuel Chaves y que ocupó la Dirección General de 2008 hasta 2010, también está imputado de varios delitos por el fraude en la gestión de la partida presupuestaria 31L destinada a las ayudas sociolaborales para empresas en apuros. Y el último director general de Trabajo de la Junta de Andalucía, Daniel Alberto Rivera, ya nombrado por el presidente José Antonio Griñán, también tendrá que declarar delante de la juez Alaya como imputado por mantener un procedimiento que era fraudulento.

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