Andalucía / política
Demasiadas voces en la Junta
Los portavoces de PSOE e IU, los consejeros y los portavoces parlamentarios siembran la confusión en los mensajes del Gobierno
Día 24/07/2012 - 00.05h
Quizás sea una estrategia, o la muestra de que el Gobierno andaluz no está tan cohesionado como
tratan de hacer nos ver, quizás que no tienen muy claras cuáles deben
ser sus líneas políticas, o que la realidad y el deseo van por caminos
diferentes. Pero lo cierto es que la Junta tiene un problema a la hora
de trasladar sus mensajes de manera clara a los ciudadanos.
Lo más llamativo han sido los cambios en el Plan de Ajuste andaluz
donde los mensajes contradictorios lanzados desde las sedes de los dos
partidos que sustentan al Gobierno, PSOE e IU, crearon unas enormes
expectativas que después defraudó la consejera de Hacienda, quien tuvo
que poner los pies en el suelo y asegurar que el Plan de Ajustese mantiene por lo que los recortes siguen vigentes para los funcionarios, aunque sí cobrarán la paga extra de julio.
También ha ocurrido con la posibilidad de rescatar a Andalucía por parte del Gobierno central. Mientras IU dice que Andalucía está intervenida, los consejeros del PSOE lo niegan rotundamente y la consejera de Hacienda advierte de amenazas veladas.
Pero no han sido los únicos casos. Todo lo contrario. Ayer mismo, el vicesecretario general del PSOE, Mario Jiménez,
adelantaba por la mañana las condiciones que Griñán iba a poner a Zoido
en la reunión que se celebró por la tarde para llegar a un acuerdo de
cara al futuro. «Un compromiso del PP de respaldar al Presidente de la
Junta para defender al Estado de Derecho y las instituciones andaluzas», dijo en la sede regional de los socialistas.
Y, en medio de este pulso por ocupar espacios en los medios y ante los ciudadanos, se encuentra el líder de Izquierda Unida, Diego Valderas,
que además es el Vicepresidente primero del Gobierno de Griñán.
Valderas sabe que tiene que marcar las diferencias del PSOE porque sus
electores así se lo demandan, y porque ha visto cómo los socialistas
engullían al PA, otro partido minoritario con el que mantuvieron un
gobierno de coalición y que ahora está, prácticamente, desaparecido.
Valderas tiene que mantener una voz, además, defensora de los derechos sociales, contra la corrupción, y los excesos de la Junta que tanto ha criticado cuando se sentaba en los bancos de la oposición.
Se encuentra, así en una posición muy complicada porque
se ha convertido en juez y parte. Los lunes, desde la sede de IU en
Sevilla Este, trata de defender su discurso ideológico y los martes,
tiene que callar porque los acuerdos del Consejo de Gobierno no son como
él hubiera querido.
Para
terminar de completar esta ceremonia de la confusión, los consejeros
del Gobierno y los portavoces parlamentarios de ambos grupos, como el
socialista que tomará posesión el próximo miércoles (Álvarez de la Chica)
y también querrá su propio protagonismo. Todos tienen claro que la
estrategia común es la confrontación con el Gobierno de Rajoy pero cada
uno la afronta como puede, sobre todo cuando las asociaciones de
discapacitados, o las guarderías o las empresas, protestan a las puertas
de sus consejerías por los recortes que está haciendo la Junta.
Mirando a Ferraz
José Antonio Griñán
es quien debería poner orden en este mar de voces discordantes pero no
lo hace porque está mirando más allá de las fronteras de la comunidad
autónoma. No es casual que los discursos que salen de la calle San
Vicente vayan directamente contra las políticas de Rajoy, no parándose
apenas en los problemas de Andalucía y haciendo piña común con las otras
dos comunidades gobernadas por el PSOE. Porque el objetivo de Griñán
es, además, interno. Sabe que es el líder socialista con más poder
institucional en España y está dispuesto a marcarle la agenda a Alfredo Pérez Rubalcaba y a liderar la oposición sin pisar los bancos del Congreso de los Diputados.
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