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lunes, 22 de julio de 2013

La Ley de Transparencia andaluza se gesta en medio de la opacidad

La Ley de Transparencia andaluza se gesta en medio de la opacidad

Día 22/07/2013 - 09.08h

Los sindicatos rechazan la creación de la nueva agencia, que contará con un director y una comisión consultiva

Una de las apuestas fuertes del Gobierno andaluz para esta legislatura es la Ley de Transparencia Pública de Andalucía que pretende, en palabras de la consejera de Presidencia, Susana Díaz, «recuperar la confianza del ciudadano en lo público». Pero el anteproyecto de la nueva norma deja en el aire cuestiones como el coste que supondrá su puesta en marcha. A esto se suma el riesgo de que lo que se presupone que es un instrumento que debe estar regido por la independencia se utilice como arma política y no sea todo lo efectivo que se desearía.
La ley nace al mismo tiempo que el Ejecutivo central desarrolla otra norma de carácter estatal que afecta al mismo ámbito, el de la transparencia de las administraciones públicas. Esto puede explicar la celeridad con la que se ha dado el visto bueno al anteproyecto, aprobado por el Consejo de Gobierno el pasado mes de junio. Pero el documento contiene aspectos poco precisos.

Dotación presupuestaria

Uno de ellos es la dotación presupuestaria con la que contará la ley. En la memoria económica del anteproyecto se reconoce que actividades que desarrollará la futura ley como la publicidad, el «fomento de la transparencia» o el derecho de acceso a la información pública «pueden tener repercusión económica». Sin embargo, la memoria económica matiza que la mayoría de estas funciones «no supondrán aumento del gasto» ya que se llevarán a cabo con los recursos materiales y personales de los que ya dispone la Junta de Andalucía. En todo caso, el documento contempla que aspectos como la formación podrán ser financiados a través de las partidas generales de los presupuestos.
Pero la memoria económica ya no es tan clara cuando aborda la creación de la Agencia de Transparencia y Protección de Datos de Andalucía, un órgano que contará con la figura de un director y con una comisión consultiva. Para valorar el impacto económico de este órgano, la memoria emplaza a la aprobación de sus Estatutos por el Consejo de Gobierno, lo cual se producirá una vez que se apruebe la ley, previsiblemente a finales de este año.
A día de hoy se desconoce cuánto supondrá para las arcas de la Junta la puesta en marcha de esta agencia. Por eso sindicatos sectoriales ya han dado la voz de alarma. Tanto CSI-F Andalucía como el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF) han presentado sus alegaciones al anteproyecto de ley. Ambas entidades rechazan de plano la creación de esta agencia que, según dicen, incrementará la administración paralela de la Junta y supondrá un coste que se puede ahorrar con el personal funcionario. «No es de recibo que se cree una agencia o un observatorio para cualquier tema cuando hay trabajadores públicos suficientemente preparados», considera Francisco Iglesias, secretario de Acción Sindical de CSI-F Andalucía.

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