La Junta de Andalucía rechaza el 80% de becas para las familias menos pudientes
Día 07/01/2014 - 12.02h
La beca 6.000 llega apenas a un 3% de alumnos de bachillerato y FP
La política de becas de la Junta es, según el consejero de Educación, Luciano Alonso, un «ejemplo muy gráfico» de la diferencia entre el modelo andaluz y el del ministro José Ignacio Wert,
un ejemplo, añadía el dirigente socialista hace algunas semanas, de que
«en Andalucía no consentiremos una educación a dos velocidades». Los
datos que muestran el alcance real de las prestaciones de la Junta se
revelan, sin embargo, más limitados, ya que, en el caso de la beca
6.000, solo accede a ella algo más del 20% de quienes las solicitan
o, lo que es lo mismo, se quedan sin ella casi el 80% de quienes la
piden. El porcentaje es aún más bajo, del 3%, si se compara el número de
quienes logran esta bonificación, 7.011 alumnos de bachillerato y FP en
el curso pasado, respecto al número total de estudiantes matriculados
en la región: 230.782 en ambas modalidades.
Los datos de alumnos beneficiarios de una beca 6.000 en el
curso 2012-2013 corresponden a una respuesta, firmada por el propio
consejero, a una pregunta por escrito de la portavoz de Educación y
parlamentaria del PP-A, Marifrán Carazo. Alonso detalla que se
presentaron 31.661 solicitudes para esta prestación, de la cuales 7.011
fueron concedidas y 24.550 denegadas. El gasto fue de 29,2 millones de euros.
Hay que recordar que la beca 6.000 fue una promesa
electoral que realizó en 2008 el entonces presidente de la Junta, Manuel
Chaves, para combatir el fracaso escolar en alumnos de familias con «rentas modestas».El
objetivo es que el estudiante pudiera continuar bachillerato o FP, para
lo cual recibía 6.000 euros anuales, condicionados a su asistencia
regular a clase y a su rendimiento académico.
Sin embargo, los criterios para su concesión son tan restrictivos que más que para «rentas modestas», son para rentas muy bajas.
Según la resolución que regula la concesión de estas becas para este
curso, una familia de tres miembros no podrá superar unos ingresos de
5.571,50 euros anuales, y los 7.306,50 en el caso de una de cuatro.
Hay que tener en cuenta que el salario mínimo
interprofesional, que se ha congelado este año, se fijó en 7.743,6 euros
para 2014, lo que da una idea de lo restrictivos que son estos
criterios, por cuanto si en una familia de cuatro miembros trabajan el padre y la madre y cobran el salario mínimo,
su hijo no podría acceder a esa beca. Esto explica, en gran medida, que
esta beca llegue a apenas el 3% de alumnos de bachillerato y FP que se
matricularon en Andalucía en el pasado curso.
El porcentaje de aproximadamente el 20% de beneficiarios respecto a los solicitantes en las becas 6.000 se ha mantenido todos estos años, a excepción de la primera convocatoria en el curso 2009-2010, que fue del 14,6%.
En el curso 2010-2011 aumentaron los que la obtuvieron a
5.601, el 21,2% de los 26.436 alumnos que la pidieron. La Junta hizo un
gasto en este capítulo de 25,2 millones. El curso 2011-2012 las
solicitudes aumentaron a 33.348, al igual que los beneficiados, 7.105
estudiantes (21,3%), y el gasto de Educación en estas becas, con algo
más de 31 millones. El curso pasado, sin embargo, la cifra de estudiantes beneficiarios y solicitantes ha decrecido por
primera vez. Según datos de la Consejería de Educación, el curso pasado
pidieron la beca 31.561 alumnos de bachillerato y FP, pero solo la
lograron los mencionados 7.011, lo que supone un 22% del total. El gasto
también se redujo a 29,2 millones.
La portavoz de Educación del PP no encuentra una fácil
explicación a este descenso de solicitud de becas, cuando el mercado
laboral no detrae alumnos de las aulas. como pasaba durante los años de
la burbuja inmobiliaria. De hecho, Educación ha recibido para este curso 44.788 solicitudes para la beca 6.000,
aún pendientes de resolverse. El presupuesto de Educación para 2014
recoge la misma dotación que este año para esta prestación: algo más de
25,7 millones.
«Aquí falla algo», asegura Carazo, quien intenta explicar estas cifras no solo en la «falta de publicidad» que se da a
estas convocatorias y en el hecho de que el alumnado no las solicite,
ante la dificultad de acceder a esa ayuda, sino también en la propia
«gestión de las becas que realiza la Junta de Andalucía».
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