La Junta de Andalucía no se ha recatado a la hora de
criticar la reforma laboral del Gobierno central, pero en la práctica se
abona a las tesis de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, de que ha
llegado el momento del «trabajo a tiempo parcial».
La crisis económica no ha frenado en Andalucía el crecimiento del
empleo en el sector público en 2013, una circunstancia que es más
acusada en la Junta y en los ayuntamientos, y que afecta en menor medida
a la Administración del Estado y a las universidades.
En todo caso, y teniendo como referencia los datos del
tercer trimestre del pasado año de la Encuesta de Población Activa
(EPA), se trataría de un empleo de marcado carácter temporal,
vinculado a las sustituciones del personal que toma vacaciones, al
reforzamiento de plantillas para planes específicos como el Infoca y a
los programas extraordinarios que tienen como escenario los municipios
en los que se concentra el mayor número de parados de larga duración. De empleo público indefinido, casi nada.
Según fuentes de la Consejería de Hacienda y Administración
Pública, consultadas por ABC, tradicionalmente el tercer trimestre del
año es un periodo con crecimiento en el empleo público, como ocurre con
el resto de los sectores. En ello influye fundamentalmente la
estacionalidad, por cuanto son numerosos los contratos de sustituciones
que se realizan en el periodo de vacaciones de los funcionarios, y en
ese momento computan tanto el empleado público como la persona que ocupa
su puesto.
En el caso concreto de la Junta de Andalucía, añade el departamento que dirige María Jesús Montero, al ser una institución prestadora de servicios,
el incremento de unas 7.500 personas se debe en gran parte a las
sustituciones de la época de verano y al personal contratado
específicamente para esa etapa, como son los retenes del plan Infoca.
La EPA del cuarto trimestre del pasado año, que se
publicará el 23 de este mes, despejará las dudas sobre el posible y
deseado cambio de tendencia en lo que se refiere a la destrucción de
empleo en Andalucía. Según los últimos datos referidos al número de
parados registrados en las oficinas del INEM, la Comunidad concluyó 2013 con una reducción de 50.182 desempleados menos que
en 2012, contabilizándose por tanto 1.033.647 personas sin ocupación.
En el tercer trimestre del pasado año la EPA arrojó la existencia de
1.447.300 andaluces sin trabajo.
La EPA, la mejor encuesta que sobre el mundo laboral se
realiza en toda Europa, con más de 200.000 entrevistas, incluye una
estadística sobre la evolución del sector privado y del sector público.
De ella se desprende que desde el primer hasta el tercer trimestre de
2013, las diferentes administraciones habían incorporado a sus nóminas a 13.900
nuevos trabajadores con cargo a los fondos públicos. Aunque como se ha
explicado con anterioridad, no se trata de puestos de trabajo
indefinidos, sino que corresponden, en su inmensa mayoría, a contratos
parciales.
«Entramos de nuevo en una dinámica peligrosa: la incipiente
creación de empleo de los últimos meses se basa únicamente en la
creación de empleo temporal», sostiene José Ignacio García Pérez, de la
Cátedra BBVA de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide.
A finales del pasado año se observaba que el crecimiento
del empleo en el conjunto España se debía en exclusiva al sector
privado», mientras que en Andalucía el comportamiento era el contrario, al intensificarse la destrucción en el sector privado y ofrecer datos positivos en el sector público.
«Pero con una temporalidad que no ha parado de crecer»,
subraya el profesor García Pérez. «Y eso es algo muy preocupante, porque
los gobiernos, que son los que tienen que favorecer la estabilidad
laboral, son los primeros que no contratan a trabajadores fijos.
Eso ocurre en todas las administraciones, y cuando más abajo llega más
temporalidad hay. Es pequeña a nivel de la Administración central, en la
autonomía es un poco mayor y, cuando se llega a los municipios, la
mitad de los trabajadores son temporales, y eso es un sin sentido».
La evolución del empleo vinculada a las administraciones en
Andalucía no ha sido uniforme, sino que ha sufrido ligeras variaciones,
altas y bajas, durante todo el periodo de crisis económica. Cierto es
que desde el tercer trimestre de 2010,
cuando se alcanzó el pico más alto, hasta octubre del pasado año, el
número de empleados públicos se ha reducido en 81.000 trabajadores,
pero, como ya se ha indicado, en los nueve primeros meses de 2013 fueron
casi 14.000 los que consiguieron un puesto de trabajo dependiente de la
Administración.
Así las cosas, una parte de esta cifra correspondería al
plan de choque contra el desempleo aprobado por la Junta a mediados de
2012, y prorrogado hasta el presente ejercicio. De los resultados
provisionales de este programa dio cuenta la presidenta del Ejecutivo andaluz, Susana Díaz,
al valorar los primeros cien días de su mandato. Así, de los 11.000
empleos previstos durante 2013, se habían generado hasta noviembre
alrededor de 9.000 puestos de trabajo temporales.
El plan está dirigido a desempleados y persigue generar
empleos extraordinarios en tres grandes bloques: actividades de
reforestación y regeneración ambiental, con una dotación de 90 millones;
rehabilitación de viviendas, en lo que se invierten 10 millones, y la ampliación del Plan de Oportunidades Laborales (OLA),
para la mejora de instalaciones educativas, apartado que dispone de 100
millones de euros. El presupuesto de la Junta para 2014 prevé prorrogar
los tres programas con otros 200 millones.
Otra iniciativa que ha generado empleo público, muy
limitadas en el tiempo, entre 15 días y tres meses, es el plan derivado
del decreto de lucha contra la exclusión social. La normativa tiene por
objeto fomentar el acceso a la contratación. El modelo que sigue es similar al anterior:
La Junta aporta el dinero, 40 millones de euros, y son los
ayuntamientos los que generan los puestos de trabajo para el desarrollo
de actividades de especial interés para la comunidad.