Cabezera

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jueves, 11 de diciembre de 2014

Más de lo mismo...

El PSOE-A se aferra a IU como único socio posible tras las autonómicas

La presidenta Susana Díaz se distancia de Podemos y del PP, que vuelve a ofrecerle una alianza para gobernar juntos


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Todos los partidos saldrán a ganar en las próximas elecciones autonómicas, pero todas las encuestas vaticinan que no habrá mayorías absolutas y, por tanto, la próxima presidencia del Gobierno andaluz se decidirá en pactos postelectorales. Esto ocurrirá sobre un escenario político más fragmentado que el que ahora existe, principalmente por la irrupción de Podemos, que arañará votos sobre todo a IU y al PSOE, pero también al PP-A.
Ante esta disyuntiva, los partidos tradicionales empiezan a tomar claras posiciones. Los populares andaluces, que ahora son el partido más votado a nivel regional, son conscientes de que perderán el primer puesto y filtrean desde hace semanas con una gran alianza PP-PSOE, «las únicas dos fuerzas que generan estabilidad». Su líder, Juan Manuel Moreno, lo reiteró ayer con un símil ciclista: «Hay una bicicleta, un tándem. Yo quiero llevar el manillar, quien quiera ir detrás… hay un sitio en el que a lo mejor podría ir el PSOE». Además Moreno le recuerda a su gran rival que «IU está muy tocada», y que su socio de Gobierno será el gran damnificado de la llegada de Podemos («las encuestas apuntan a que más del 50% de votos de IU» pasarán a la formación de Pablo Iglesias.
Pero la presidenta Susana Díaz no quiere oír hablar de alianzas con el PP-A, porque piensa que el desgaste electoral de su partido y el de su rival en las europeas de mayo devienen de la crisis del bipartidismo, que además ha encumbrado a Podemos y a su machacona crítica a los partidos de la «casta». «Estoy tan lejos del PP como de Podemos», reiteró ayer.
Díaz busca que el PSOE-A vuelva a ser el partido más votado y usar esa legitimidad para intentar gobernar en solitario con acuerdos puntuales, pero en ese caso dependerá siempre de cómo respiren el resto de fuerzas. Quizá por eso, los socialistas enseñaron ayer una carta que nunca juegan de antemano: anunciar quién sería su socio preferente en caso de tener que llegar a un pacto de Gobierno. «El PSOE-A aspira a gobernar en solitario, pero si se ve obligado a llegar a acuerdos, lo hará con IU. Si es necesario un acuerdo, será con una organización de izquierdas, no con un partido que al definirse dice que ni es de derechas ni de izquierdas», dijo el portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez, para subrayar que es tan imposible un pacto con el PP como con Podemos.
El problema de esta declaración de principios es que choca con la situación de IU, acosada por la sombra del partido de Iglesias, y con sus intenciones de alejarse de su socio de Gobierno (el PSOE) para unirse a Podemos. Los comunistas lo han apostado todo a la convergencia, hasta el punto de dejar en manos de la militancia la decisión de romper el pacto de Gobierno con los socialistas, algo que se debatirá en la asamblea de rendición de cuentas que la formación de Antonio Maíllo ha programado para el 21 de diciembre.

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